Es la parte giratoria del motor, elemento encargado de la transmisión mecánica, permite la conversión de energía eléctrica en energía mecánica. La relación magnética existente entre el estator y el rotor implica que una buena condición de este último reduce los modos de falla del estator.
Daños en el rotor, como pueden ser barras rotas o agrietadas, daño en las láminas, fisuras y porosidad, tienen efectos severos en el aislamiento de los devanados del estator debido a las altas temperaturas que se generan alrededor de donde esté localizada la falla, dada la cercanía de ambas partes (rotor – estator). Cambios en la uniformidad de los campos magnéticos y consigo de los flujos magnéticos, aparición de altas impedancias en el rotor, cambio de inductancia en cada una de las fases de un motor trifásico, y análisis de espectros de frecuencias, son aspectos que se exploran y verifican para evaluar la salud del rotor.
Por otra parte, el desarrollo de fallas en el rotor crea adicionalmente sobre esfuerzos en rodamientos y soportes, acelerando su desgaste y reduciendo el tiempo de su vida útil, reflejándose en la aparición de vibraciones de manera temprana en la operación del motor.