La Nota Energética

Mantenimiento centrado en confiabilidad, monitoreo de condición

El mantenimiento centrado en confiabilidad (RCM – Reliability Centered Maintenance) es una estrategia para la gestión de activos, en donde su metodología no solo permite identificar factores determinantes para garantizar que un equipo realice lo que sus usuarios quieren que realice en su contexto operacional, sino que aborda también el análisis de aspectos relacionados con el impacto sobre la seguridad de las personas, el medio ambiente y la calidad del producto, en caso de presentarse una falla funcional.

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Ventanas o mirillas infrarrojas

De los principales beneficios que se logran con la correcta implementación de la metodología RCM es la transformación de las relaciones entre los equipos, las personas que los operan y quienes los mantienen, logrando, en muchos casos, la eliminación de la frontera existente entre el área de mantenimiento y el de operaciones/producción en el ámbito de la gestión integral del activo.

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Mantenimiento, Monitoreo de Condición

Dentro de los aspectos de estudio que involucra la metodología RCM y en los cuales se han alcanzado importantes logros, y que han sido objeto de estudios por más de tres décadas, se encuentran el Monitoreo de Condición, el Estudio de Riesgos, el Análisis de Modos de Falla (uno de los pilares del RCM) y la Orientación de las Estrategias Corporativas a la Confiabilidad. En esta oportunidad profundizaremos en la técnica de Monitoreo de Condición.

En el campo del Monitoreo de Condición se ha desarrollado una amplia gama de técnicas predictivas fundamentadas en el hecho de que la mayoría de las fallas dan algún tipo de aviso de que están por presentarse, y en la conocida in eficiencia de las técnicas clásicas para determinar la condición de un activo. Su principal objetivo radica en identificar si hay fallas potenciales, para que se pueda actuar de forma oportuna para prevenir la falla funcional o evitar las consecuencias de la misma. Una falla potencial se define como un estado determinable que indica que una falla funcional está en proceso de presentarse; y una falla funcional se define como la incapacidad de un activo físico de desempeñar su función específica dentro de su contexto operacional.

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Ventanas o mirillas infrarrojas

Dentro de los retos en la aplicación de técnicas predictivas, está el determinar la periodicidad con la cual deben aplicarse las técnicas con el objetivo de que se haga el mejor uso eficiente y eficaz de las técnicas, que representen y brinden un manejo adecuado de recursos. En este sentido toma un gran valor el poder determinar cuándo aplicar cada técnica, partiendo de la base de que cuanto antes se pueda detectar el fallo potencial, más largo será el intervalo entre la aparición del primer indicio detectable hasta el punto de falla del equipo. Este intervalo es propio de cada equipo y de cada modo de falla. Este intervalo es conocido como Periodo de Desarrollo de Fallas y se puede contextualizar a través de la siguiente gráfica.

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Ahora bien, otro reto que surge es poder aplicar las técnicas idóneas que permitan hacer la detección de ese primer indicio lo más cercano posible al punto de inicio de la avería y así tener un periodo de tiempo más amplio para planear las intervenciones respectivas. En este sentido, el análisis de modos de falla toma gran valor en el sentido de determinar cómo falla el activo físico y así poder establecer cuales técnicas de mantenimiento predictivo se deben aplicar, teniendo en cuenta que cada técnica se especializa en caracterizar aspectos específicos determinantes en la operación de las máquinas.

Dentro de las principales técnicas de mantenimiento predictivo en aplicaciones industriales se encuentran las Pruebas Dinámicas y Estáticas a Motores Eléctricos, Ultrasonido, Termografía, Vibraciones Mecánicas y Análisis de Aceite Lubricante.


Depto. Técnico / Confiabilidad
Transequipos S.A.

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